Los callos o callosidades son un problema que afecta a millones de personas en el mundo. Por lo general, se forman en los pies y en las manos y, si no se actúa rápidamente frente a ellos, pueden provocar problemas de mayor gravedad y generar mucho dolor. Hoy te explicamos qué son y qué consejos debes seguir para quitar callos del pie.
Qué son los callos y posibles causas de su aparición
Los callos son capas duras y gruesas de piel que aparecen cuando esta intenta protegerse frente a la fricción o la presión excesiva. Se trata de una dolencia muy frecuente que padecen aproximadamente una de cada tres personas.
El nombre técnico para denominar a esta patología es el de hiperqueratosis plantar. La causa que genera las callosidades es un engrosamiento de la zona más externa de la piel derivado de una acumulación de células muertas. Sus síntomas más habituales son la sequedad en esa zona de la piel, una textura áspera al tacto y dolor o molestias al tocarlos o rozarlos.
Las personas que padecen de juanetes suelen desarrollar con más frecuencia callos en la zona cercana, debido al roce con el zapato. Además, si el calzado no se ajusta bien a los pies, acaban por aparecer estas durezas.
El mal uso de los calcetines también puede provocar hiperqueratosis. Esta prenda actúa como barrera entre la piel del pie y el calzado, luego son un elemento protector. Si no los utilizamos o están mal colocados (formando arrugas o pliegues), se genera más fricción.
Otra causa de los callos es el tipo de pisada. No todas las personas caminan igual ni reparten la presión del mismo modo. Es este exceso de presión lo que puede provocar la proliferación de células muertas. En ese caso, lo más recomendable es someterse a un estudio biomecánico de la pisada.
Por último, y esto también afecta a las manos, la deshidratación de las extremidades es otro proceso que promueve la descamación y células muertas. En los pies esto afecta especialmente a los talones.
Cómo prevenir los callos del pie
Antes de entrar de lleno en cómo quitar un callo del pie que duele, conviene entrar en la fase de prevención. Hay pautas y consejos que podemos seguir para prevenir esta afección.
Uno de ellos es utilizar un calzado cómodo y amplio para que los pies no queden muy oprimidos. Los zapatos de tacón, si se usan, deben tener una altura inferior a los cuatro centímetros. A su vez, es recomendable cambiar e intercalar el calzado, para que los pies descansen y la fricción no se acumule en la misma zona.
En otro ámbito de actuación, una visita al podólogo a tiempo supone una garantía de éxito. Podrás consultar con este profesional en caso de que ya hayas desarrollado la hiperqueratosis, pues él sabe cómo quitar el callo del pie, pero también debes hacerlo para conocer tu tipo de pisada o te recomiende productos de higiene e hidratación.
Con respecto a estas dos últimas claves, una higiene correcta protege frente a la aparición de problemas en la piel y en las uñas de los pies. No olvides secarte bien los pies tras la ducha, incidiendo entre los dedos.
Para prevenir la formación de callos te recomendamos Crema neutrógena de Pies que hidrata los pies de forma profunda en los pies secos o con durezas.
Finalmente, también puedes utilizar cremas para durezas de los pies recomendadas por podólogos o una lima eléctrica antidurezas, siempre sin ejercer presión excesiva sobre la piel, para no generar más daño. Muchos de estos productos los puedes encontrar a la venta en nuestra web.
Cómo se eliminan los callos en los pies
El primer paso para quitar las callosidades de las plantas de los pies es acudir a un profesional para que determine el origen de esta patología. Hay otros procesos, como las verrugas plantares (causadas por el virus del papiloma humano) que pueden confundirse con los callos, y no reciben un tratamiento similar.
Una vez diagnosticada la hiperqueratosis, el tratamiento más frecuente es la quiropodia, que consiste en la eliminación de las callosidades y las alteraciones en las uñas de los pies. La dinámica consiste en retirar las capas de células muertas hasta llegar al punto de origen. Ahí, la piel puede regenerarse completamente.
Las durezas en los pies, ya sean callos o callosidades, nunca hay que tratarlas con callicidas. Se denomina así a los apósitos queratolíticos que se comercializan como solución definitiva a estos problemas, pero su única acción consiste en generar una herida mayor que acaba cicatrizando y que, en cuanto la piel vuelva a estar reparada, acabará regenerándose de nuevo.
Consejos para cuidar tus pies tras quitar callosidades
Tras quitar las callosidades de los pies es importante actuar de manera correcta para evitar su reaparición. La mejor recomendación es reducir el punto de presión y el roce. Este apunte es igualmente válido para las manos.
Limita lo máximo posible el uso de calzado que altere la distribución del peso. Si tienes que usar zapatos incómodos, intenta aliviar la presión con otros zapatos más cómodos en el resto de momentos del día
Vigila bien el estado del calzado. Las suelas gastadas no ofrecen buena protección a los pies. Si ves que se desgastan con mucha facilidad o de forma desigual, deberás consultar con tu podólogo para usar plantillas correctivas o someterte a un estudio de pisada.
CEO Vistafarma.com
Farmacéutico colegiado num 2787
